Nuestra sociedad se caracteriza fundamentalmente por la diversidad cultural. Un mundo verdaderamente multicultural e interdependiente presenta el desafío de cómo comprenderse e interactuar para afrontar el desafío de la diversidad cultural. La finalidad es facilitar la comprensión de la compleja realidad en la que se desarrolla la existencia humana y que conlleva el encuentro intercultural.
La diversidad es una de las características que definen a las sociedades actuales, cada vez más interconectadas y globales. La diversidad plantea nuevos escenarios que demandan una gestión para ofrecer respuestas desde una visión que fomente la inclusión, la cohesión social y la convivencia en el marco de los derechos humanos y los valores democráticos.
Se trata de progresar hacia una sociedad inclusiva, plural y diversa, que sitúe en el centro el reconocimiento de los derechos y deberes de todas las personas.
La diversidad también permite ampliar la mirada en nuestra sociedad, asistimos a nuevas tendencias y situaciones que se añaden a las que ya existían, y requiere de actuaciones que impliquen seguir impulsando una visión positiva, enfrentando, en consecuencia, actitudes y comportamientos de intolerancia y discriminación desde el convencimiento de la dignidad e igualdad para todas las personas.